viernes, 30 de julio de 2010

Repetición y Concordancia

Repetición y Concordancia
Ya hemos visto qué sucede con las repeticiones. A continuación les presento un fragmento del cuento “ Las doce a Bragado “ de Haroldo Conti. A este fragmento se le escaparon las reiteraciones de las palabras : tío, objeto, sierra ( de ingletes ) cardadora ( mecánica ) taller, día/ días.
A veces aparecerán repetidas, otras veces referidas por un pronombre, otras sustituidas por un sinónimo o una palabra general que las contenga.
Hay que reconstruir el texto reponiendo lo que falta.

“ El tío , por ese entonces, trabajaba en la carpintería del abuelo, sobre el pasaje Intendente Beltrán , frente a la plaza Gral Necochea o la Plaza del Mercado donde está hoy la estación de colectivos. Ahora cierro los ojos y me veo en la penumbra del taller con paredes de ladrillos a la vista y un espeso olor a polvo , sillas y elásticos que cuelgan de las vigas y al fondo de la mesa de carpintero en la que trabajaba el ……… . A veces no recuerdo al …………… sino que mi pensamiento se sujeta de un objeto cualquiera y ese ………………….cubre casi todo mi día. Hoy, por ejemplo, mientras cruzaba hasta el bar Falucho aguantando el viento que barría la avenida Santa Fe, me acordé de buenas a primeras de aquella sierra de ingletes o de falsa escuadra que había en una punta de la mesa. El ……………crece lentamente alrededor de ese ………………………, …………………rodea como la pulpa de un fruto y el …………………………… en todo caso vale más que por eso. Aquella …………… que había sido construida en Inglaterra en 1895 , que en consecuencia había atravesado el mar embalada cuidadosamente en un cajón de pinotea , me atraía misteriosamente. Era una …………montada sobre un bastidor, con una empuñadura negra como la de una ametralladora y servía para cortar marcos, escuadras, ángulos , encastres y demás cortes de precisión. ……..veo ahora mismo en el aire , negra y pulida y, por fuerza, al rato veo en la punta de la empuñadura al ………Agustín. ………………se movía silenciosamente de un lado a otro del ………………aporreando maderas, reparando vencidos elásticos de cama o reemplazándolos por otros nuevos que estiraba para encajarlos en el armazón en una prensa, especie de potro que giraba con bruscos chirridos metálicos. …………………era una silenciosa precisión en todo. Yo me maravillaba de que ………………tan silencioso y preciso en sus movimientos produjese a ratos tanto ruido de una vez. Por ejemplo cuando se calzaba un pañuelo negro delante de su aguda nariz y echaba a andar aquella cardadora mecánica que era el supremo orgullo de la mueblería y carpintería El Mercurio. ………………metía la lana apelmazada por u lado y ya mismo salía por el otro en blancos copos que caían lentamente dentro de un corralito de alambra de gallinero. …………………rechinaba en la punta de las manos del ……………………… Por aquel tiempo había dejado de correr hasta el álamo carolina, pero después del trabajo emprendía largas caminatas hasta el zanjón o el cementerio o el Prado Español o la quinta de Pastore , o la estación del Pacífico, donde esperaba ver pasar al “ Cuyano “ que hendía la noche como un carbón encendido aventando sombrero y papeles. Los años ……………………habían enflaquecido aún más y un día que ……………………sorprendí inclinado sobre la fabulosa …………………………….vi brillar las blancas sienes y el emplumado mechón de pelos encanecidos que ………………caía sobre la frente. Y esa vez sentí verdadero amor por …………………………, aquel ansioso caballo del verano que ahora descendió a la carrera la larga cuesta de sus días. Yo, en cambio, trepaba los míos. Esos ………… me llevaron lejos del pueblo y cuando volví, algún verano después, y entré en el ……………………penunbroso , el ………………………levantó la cara por encima de la …………………………y me observó con una mansa sonrisa por arriba del armazón de metal de unos lentes. La luz de la tarde penetraba por una claraboya y el ………………..flotaba, blando y casi transparente, en aquella luz polvorienta.
CONTI, Haroldo , de “ Las doce a Bragado “ en El cuento argentino. Buenos Aires. CEAL, 1079

CONCORDANCIA

Se trata de revisar algo que todos sabemos : sujeto y verbo concuerdan en número y persona. Sin embargo, a la hora de escribir, suelen aparecer complicaciones; algún sujeto “ fantasma” , de esos que desaparecen cuando lo necesitamos ; algún verbo impersonal que, aunque nos empeñemos, no tendrá sujeto jamás ; alguna pasiva que nos desorienta.

En estas oraciones tomadas de textos escritos en la escuela se cometieron errores de concordancia . Ustedes tienen que detectarlos y corregirlos.
1. El análisis minucioso de esas fuentes hacen pensar en profundidad.
2. Las dificultades que tuvimos para organizar el viaje me hizo perder el entusiasmo.
3. En las habitaciones flotaban algo indefinido , como una sombra.
4. En una familia en la que todos sus miembros realizan muchas actividades pueden haber problemas de diálogo.
5. No quiero con esto negar la existencia de jóvenes que sí esté capacitados.
6. Hoy por la tarde se escuchó insistentemente en el fondo de la casa unos zumbidos extraños.
7. Sólo a algunos le llegarán la notificación militar.

Concordancia entre sujeto y predicado

1. Inventen sujetos para el siguiente texto ( léanlo completo primero )

Bajo las rojas murallas de París estaba formado ………………. ……………………tenía que pasar revista a los paladines. Ya hacía más de tres horas que estaban allí; era una tarde calurosa de comienzos de verano, algo cubierta, nubosa; en las armaduras se hervía como dentro de olas a fuego lento. No se sabe si ……………………en aquella inmóvil fila de caballeros no habaía perdido ya el sentido, pero ………los mantenía erguido en la silla a todos por igual. De pronto …………………resonaron . ……………………se sobresaltaron en el aire quieto como por un soplo de viento , y enmudeció en seguida …………………………… Finalmente , divisaron a Carlomagno que avanzaba, al fondo, en un caballo que parecía más grande lo normal, con la barba sobre el pecho, las manos en el pomo de la silla. ……………parecía un poco envejecido, desde la última vez que lo habían visto …………………….
En CALVINO, Italo “ El caballero inexistente “ , Barcelona , Bruguera, 1984

2. Veamos algunos textos tomados de escritos de alumnos del secundario. Vean porqué el sentido de las oraciones es oscuro. Después reescriban adjudicándole un sujeto preciso al verbo remarcado o corrigiendo el problema como crean conveniente.

• Desde que los españoles llegaron a América, los aborígenes fueron marginados e intentaron despojarlos de sus creencias, sus costumbres, su forma de vida y sus tierras.
• El hombre bajó hasta el pie de la nave. Tenía el mástil destruido por el paso del tiempo.
• Hoy en día, por el SIDA, nadie puede estar seguro de su pareja, entonces recurren al uso del preservativo.

HABER Y HACER SIN SUJETO

El verbo HABER empleado en 3rº persona del singular es IMPERSONAL. Puede variar en tiempo y en modo pero no en número y persona.
Completen las oraciones que siguen, teniendo en cuenta las indicaciones:
1. Frecuentemente ( Presente M.I) …………………………incendios en Reservas y Parques Nacionales.
2. Durante 1992 ( Pret . Anterior, MI ) interesantes debates sobre el Quinto Centenario del Descubrimiento de América .
3. Entre los egipcios , en el 2000 a. C., ( Pret . Perf. MI ) ……………….testimonios de escritura silábica.
4. Posiblemente ( Presente MS ) ……………………………..novedades respecto de la vacuna contra el HIV entre los próximos cinco o diez años.

Cohesión léxica

Cohesión léxica

Cohesión Léxica

La escritura es trabajo y experiencia con el lenguaje. Ser competente y obtener buenos resultados es un proceso que se construye. Y para esto es necesario conocer las “ reglas de juego” . Porque cuanto más experimentamos, más aumentan nuestras posibilidades de que la escritura sea un camino conocido y también creativo.

¡A corregir ¡
A. Los siguientes fragmentos , trabajos realizados por adolescentes en el secundario, poseen el mismo error porque en todos se cometen repeticiones inadecuadas. Ustedes tienen que detectarlas y corregirlas. Reescriban cada uno de ellos.
1- Al llegar a la cueva le pareció más grande de lo que la recordaba. Entró a la cueva con cautela.
2- Se buscaba al jefe de una secta y al investigar se llegó a la conclusión de que el jefe no se encontraba y de que el jefe había abordado un avión con destino a Estocolmo .
3- Un policía había dado con Lew Stalh vía Tom. En el techo Lew luchó con el policía y lo tiró al vacío. Antes de huir pasó por su casa y le disparó a Tom con la pistola del policía. Ya en la calle robo un taxi y fue a a un bar donde robó y le disparó al camarero.
4- El edificio se había derrumbado. Una inmensa montaña de escombros. Todavía se escuchaba el retumbar del estallido que se mezclaba con los gritos y llantos de la gente. Se divisaban , de vez en cuando, según la luz, charcos de sangre, brazos que salían de las piedras, pero lo que más resaltaba era la cabeza del intendente separada a tres metros de su cuerpo.
Cuando llegaron la policía y los bomberos él todavía estaba ahí, en su limusina negra. Él, Gollo Mariscal, había hecho su fortuna en la mafia. Él era intocable, siempre estaba fuera de la ley, y él que a el no le gustaba tenía dos opciones : o cambiaba a su placer o se moría , como el intendente.
Cuando él estuvo satisfecho con el trabajo que había hecho realizar , se fue para su casa ( nada modesta por cierto) que quedaba a 10 km de la ciudad, para encontrarse con su hermana, que era lo que él más adoraba.
Cuando, en un momento, él pasó una loma que estaba cerca de su casa divisó una humareda que venía de la dirección de su casa. Le dijo al chofer que se apresurara. Se fueron acercando. Su casa en ruinas. Llegan. Revisan. Su hermana muerta. Dolor, Bronca. Tristeza.

B. Ahora miren bien estos nuevos casos. Además de repeticiones inadecuadas pueden aparecer palabras que se ubicaron mal dentro del texto. A veces porque el nivel de lengua no es el adecuado, otras porque se quiso decir ( o escribir) una palabra y apareció otra en su lugar que no hace sentido.
Nuevamente hay que detectar los errores y corregirlos.

1- Érase una vez en Vietnam un grupo de soldados que fue atrapado por un ejército vietnamita. En EE.UU. se enteraron luego de un mes ; al enterarse Rambo partió directamente a Vietnam para rescatar a sus patriotas.
Luego de un año de busca por los pantanos y selvas de Vietnam logró localizarlos.

2- La casa estaba pintada de un color extraño. El muchacho se quedó estratificado cuando abrió la puerta. Lo extraño no era sólo el color de las paredes. También sus habitantes que parecían sacados de un laberinto del horror.

3- El informe de Defensa Civil aportó los datos sobre las zonas afectadas por la inundación. Los muchachos del organismo charlaron con los vecinos y les ofrecieron alternativas para afrontar el lío.

Cuando escribimos aparecen con frecuencia estas dificultades. No es fácil resolver los problemas de vocabulario y ni qué hablar de la necesidad de repetir o reiterar sin el que el texto resulte redundante o suene espantoso.
Por lo tanto tenemos dos problemas que se relacionan y que vamos a trabajar: el Léxico y la reiteración.
C. Trabajemos la palabra adecuada al contexto
1- En este cuento de Mario Benedetti hay que reemplazar el vocabulario destacado por sinónimos o expresiones que respeten el sentido original.
Manualidades
En las puertas de hoy ya no se usan, pero en las viejas puertas había siempre alguna mano ( de hierro, de bronce ) que era antes que nada un llamador. A Inés le habían atraído esas manos desde que era niña. Y a partir de los quince comenzó a coleccionarlas. En ocho años había conseguido nada menos que veinte. Por lo menos la mitad procedían de las ferias de Tristán Narvaja y de San Telmo, pero en la familia siempre había algún viajero que se acordaba de conseguirle alguna otra en El Rastro o en el Marché aux Puces o en Plainspalais o en Portobello. Seis eran manos derecha ( casi siempre de hierro) más escasas y en consecuencia más valiosas ; las catorce restantes eran manos izquierdas ( normalmente , de bronce ).
No todas eran originales; algunas eran copias, fácilmente reconocibles porque en ellas la palma estaba hueca. Las manos originales tenían palmas carnosas, aunque esa carne fuera solo de hierro.
Inés las cuidaba, las lustraba, las interrogaba. Era también una forma de interrogarse. ¿ Qué autoridad habría llamado , por ejemplo, con esta mano férrea, seguramente , seguramente de un golpear sonoro, audible en toda la casa grande? ¿ O con esta otra, de dedos crispados, apropiada para el aldabonazo represivo o para la leva siempre inquerida ¿ ¿ Quién habría usado la más exigua, con su puñado de forjado encaje, digna de ser pulsada por un amador necesariamente discreto, que sólo pretendiera hacerse oír por su amada a la espera ¿ Inés empuñaba una u otra de aquellas manos con historias y enigmas y les inventaba gestos, consecuencias, desenlaces. De noche las miraba antes de dormirse y volvía a mirarlas al amanecer, como consultándolas.
Una noche se durmió y las veinte manos entraron en su sueño. Cada una estaba en una puerta. Inés las fue reconociendo, acariciando y finalmente empuñando para efectuar sus convocatorias, sus llamadas pusilánimes o intrépidas, que repercutían largamente en corredores esotéricos, ocultos , provocando a veces ecos estremecedores. Inés llamaba y llamaba y cada uno le trasmitía fuerza y osadía, aunque ella no estuviera muy segura de a quién o a qué llamaba. Sólo sabía que quería tocar aquellas manos ajenas con sus propias manos, y si las usaba para llamar tenía conciencia que se trataba de un uso solidario; llamaba porque ésa era la función de aquellas manos, llamaba porque así les brindaba , y además aseguraba , su razón de ser.
Despertó sudorosa y balbuciente y el primer momento no advirtió nada raro, pero cuando, en un gesto ritual, quiso tocarse la frente con su mano derecha, comprobó que con esa mano suya venia otra, este fuerte, veterana y de hierro. Y no era su propia mano la que empuñaba a la otra, sino que era la de hierro la que estrechaba la suya. Y así supo que aquello también era un acto solidario. No tuvo dudas de que aquella mano oscura, fiable, robusta, era la portavoz de las veinte manos ( de hierro o de bronce, diestras o siniestras ) que así le agradecían la dura faena del reciente sueño. Y era también una forma de decirle que no se preocupara porque nadie hubiera respondido. Lo esencial era llamar. Y ellas ( las manos e Inés ) habían llamado.

Benedetti, Mario
En Despistes y Franquezas .
Montevideo, Arca/ Nueva Imagen. 1990

2- Tutti- frutti de sinónimos.
Para jugar a este juego formen grupos de cuatro. Recorten las tarjetas y formen un mazo de cartas que colocarán en el centro de la mesa. Cada jugador toma una del pozo y la deja boca abajo. Luego, todos a la vez, dan vuelta la tarjeta y la completan con un sinónimo de cada palabra dada. El que termina primero grita “ Basta” y todos dejan las lapiceras. Se leen las respuestas. Si todas son correctas , gana cinco puntos por sinónimo y diez por terminar primero. Si hay algún error, pierde los puntos y los demás jugadores ganan cinco por cada sinónimo correcto que hayan logrado completar. El juego termina cuando se acaba el mazo.

Ofuscado
Malgastar
Lustre
Sebo
Oír
Luego

Madriguera
Lúgubre
Hierba
Paladear
Breve
Salutación

Oftalmólogo
Malévolo
Desdichado
Tedio
Sanar
Lucero

Lumbre
Machacar
Hecho
Hampón
Particularmente
Saludable

Lujo
Macabro
Panorama
Conversar
Pánico
Papanatas

Ornamento
Lúcido
Pantufla
Pardo
Indicar
Sutil

Lucha
Harto
Panza
Advertir
Pasable
Sancionar


Orilla
Loco
Pavimento
Petulante
Sepultar
Finalidad




Lesionarse
Pausa
Agotamiento
Propicio
Amable
Cándidamente

Lenguaje
Súplica
Rígido
Agitarse
Instantáneo
Calamidad

Andrajoso
Pavada
Inconveniente
Aflorar
Calma
Hábil

Catarata
Tapia
Alienado
Fango
Agobiar
Cartel

Terminado
Aldea
Adversidad
Bastante
Caduca
Templar





Paño
Terriblemente
Barrilete
Belicoso
Capturar
Insolente

Lid
Sujetar
Tedioso
Alhaja
Copioso
Demora

Letal
Temblar
Tosco
Alcoba
Indómito
Captar

3- Tutti Frutti de antónimos
Se juega igual que el anterior, pero completando las tarjetas con los antónimos de las palabras que aparezcan en ellas. ( OJO: respeten las clases de palabras dadas al buscar el antónimo que corresponda )
Oscuridad
Largo
Alabar
Analfabeto
Mansión
Hediondo

Débil
Llorar
Belicoso
Integrarse
Calma
Finito


Alto
Laborioso
Júbilo
Pedante
Dañino
Plural

Jamás
Limpiar
Ofuscado
Audaz
Holgazán
Felicidad

Joven
Ileso
Presuroso
Duradero
Permitir
Objetividad

Prudente
Juntar
Virtud
Simple
Tímido
Esterilidad

Justo
Quieto
Encogido
Dócil
Impulsivo
Error




Legal
Más
Recordar
Tradicional
Abundancia
Similar

Legítimo
Máximo
Tensión
Sedentario
Vigor
Rugoso

Lentitud
Mayoría
Sintético
Tersura
Olvidadizo
Permiso

Libre
Mentiroso
Soberbia
Tirante
Variado
Cóncavo

Lejos
Masculino
Rígido
Superficial
Victorioso
Soso

miércoles, 19 de mayo de 2010

EL TEXTO NARRATIVO

LA NARRACIÓN

Actividades:

1- Leer el texto " La narración " .
2- Realizar un cuadro que ordene los elementos de la narración
3- Analizar el cuento de Mujica Lainez teniendo en cuenta los elementos de la narración.
a- Partes de la narración : marcar en el texto la introducción, desarrollo y desenlace.
b- Cuál es la acción principal? Qué elementos lo ayudan a determinarlo?
c- El ritmo narrativo está elaborado en base a la condensación o expansión ? Justifique.
d- Teniendo en cuenta el orden de los acontecimientos de la narración, qué estructura narrativa posee ( lineal o cronológica, in media res, ruptura temporal)
d-La historia ha sido narrada desde qué persona ( 1ra, 2da o tercera)? Ejemplifique
e) Fijemos la atención en los personajes ? ¿ QUién es el personaje principal? ¿Cuáles son los secundarios? ¿ La caracterización que el narrador hace del personaje principal es directa o indirecta ?
f- ¿Las voces de los personajes se manifiestan a través del estilo directo o indirecto ?
g-El tiempo externo está explícito , dé ejemplos que ayudan a determinarlo.¿ Y el tiempo interno? ¿ Cuánto tiempo duran los acontecimientos?
h- El espacio es abierto o cerrado? Acompaña a las características de la historia y al estado anímico del personaje?
i- ¿En algún momento de la narración , se hace referencia al receptor?



LA NARRACIÓN

Narrar es contar. La narración es un tipo de texto en el que se cuentan hechos reales o imaginarios.
Como en todos los tipos de texto, también en toda narración pueden distinguirse tres partes bien diferenciadas:

1) La Introducción: El autor plantea aquí la situación que va a desarrollar y realiza la presentación de los personajes y su entorno. Es probablemente, la parte fundamental del texto narrativo, pues de ella depende el que la obra sea o no capaz de captar la atención del lector.

2) Nudo: En toda narración se plantea siempre un conflicto, un momento cumbre en el que todas las líneas planteadas en la introducción convergen sobre un hecho fundamental que marca todo el relato. A ese punto central se le denomina Nudo.

3) Desenlace: Es el momento en que el conflicto planteado como nudo de la narración llega a su conclusión. Si la Introducción capta la atención del lector, y el nudo consolida la narración, el desenlace puede ser el punto en que un relato triunfe o fracase en la mente del lector.

Al abordar el análisis de los textos narrativos es necesario estudiar la historia y las acciones que la componen (argumento), los personajes que las llevan a cabo, el tiempo y el espacio donde se desarrollan, cómo se ordenan todos estos elementos (estructura) y desde qué punto de vista se cuentan.

LA HISTORIA

La mayor parte de los relatos presenta una acción principal y varias secundarias. Estas acciones se combinan entre sí, alternando su aparición y entrecruzando sus desarrollos para conformar el ritmo de la narración.

Un relato presenta distinto ritmo narrativo según el procedimiento de encadenamiento de secuencias que se emplee:

CONDENSACIÓN: Los acontecimientos se cuentan de una manera condensada. Muchas veces se recurre a la elipsis narrativa. La condensación es un recurso imprescindible en aquellas historias cuya acción presenta una dilatada duración temporal.
EXPANSIÓN: El relato se demora e incluso se detiene para incluir elementos complementarios a la acción, tales como descripciones. Es un procedimiento característico de la novela psicológica, donde la acción se ralentiza para prestar atención a los rasgos de personalidad o a las actitudes de los distintos personajes.


ORDEN DE LOS ACONTECIMIENTOS

La primera finalidad del narrador es dar a conocer la historia de un modo comprensible para el lector. Por ello, muchos relatos se organizan con sencillez siguiendo un orden; pero en no pocas narraciones esa ordenación sufre modificaciones.

El autor puede acelerar o ralentizar la acción a su conveniencia, detenerla para dejar que hablen los personajes, anticipar o posponer hechos, ocultar datos y reservarlos para el momento oportuno, ofrecer pistas falsas, centrar la atención en determinados aspectos con menosprecio de otros, etc.

Del tratamiento de la acción se deriva la tensión narrativa. Esta puede suscitar en el lector diversos estados emocionales (expectativa, incertidumbre, intriga, serenidad…)

En una narración se distingue la ESTRUCTURA EXTERNA y la ESTRUCTURA INTERNA :

La primera organiza el contenido de la historia en capítulos, partes, tratados, secuencias ( introducción, nudo y desenlace) …; la segunda, depende del orden de los acontecimientos.

Teniendo en cuenta el orden de los acontecimientos de la narración, pueden darse diferentes estructuras narrativas:

LINEAL O CRONOLÓGICA: El orden del discurso sigue el orden de la historia.

IN MEDIAS RES (expresión latina “en medio del asunto”): El relato empieza en medio de la narración, sin previa aclaración de la historia. Se trata de un comienzo abrupto empleado para captar la atención del lector.

RUPTURA TEMPORAL:
Flash-back (retrospección o analepsis): El narrador traslada la acción al pasado.
Flashforward (anticipación o prolepsis): El narrador anticipa acciones, se adelanta en el tiempo.
Contrapunto: Varias historias se entrecruzan a lo largo de la narración.
Circular: El texto se inicia y se acaba del mismo modo.



NARRADOR Y PUNTO DE VISTA

El narrador es un elemento más, como lo son la historia o los personajes. Ha sido creado por el autor para que lleve a cabo la misión de contar la historia. La caracterización del narrador dependerá de la información de que disponga para contar la historia y del punto de vista que adopte.

Se puede narrar una historia

DESDE LA 3ª PERSONA
Narrador omnisciente ( que todo lo sabe): Aquel cuyo conocimiento de los hechos es total y absoluto. Sabe lo que piensan y sienten los personajes: sus sentimientos, sensaciones, intenciones, planes… La omnisciencia admite distintos grados de implicación, a veces, incluye intervenciones y comentarios del narrador o apela al lector.
Narrador observador: Sólo cuenta lo que puede observar. De modo parecido a como lo hace una cámara de cine, el narrador muestra lo que ve.

DESDE LA 1 ª PERSONA
Narrador protagonista: El narrador es también el protagonista (autobiografía real o ficticia).
Narrador personaje secundario: El narrador es un testigo que ha asistido al desarrollo de los hechos. A veces,los testigos son varios (multiperspectivismo, punto de vista caleidoscópico).

DESDE LA 2 ª PERSONA
Supone un desdoblamiento del yo. El narrador crea el efecto de estar contándose la historia a sí mismo o a un yo desdoblado.


LOS PERSONAJES

Los personajes son el elemento fundamental de la narración, el hilo conductor de los hechos. Estos se organizan, según su grado de participación en la historia, en personajes principales, secundarios y comparsas.

El protagonista es el centro de la narración. Puede ser un individuo, varios o una colectividad. Es un personaje redondo, es decir, evoluciona a lo largo de la novela. A veces,se le opone un antagonista.
El secundario es un personaje plano que no evoluciona. La mayoría de las veces responde a un arquetipo.
Los comparsas (o extras) son meros elementos presenciales.

Existen dos maneras de caracterizar a los personajes:

La caracterización directa permite conocer a los personajes a partir de los datos que proporciona el narrador u otro personaje del relato.
La caracterización indirecta permite deducir cómo son a través de sus pensamientos, comentarios, acciones, reacciones, gestos, etc.

En un relato, las voces de los personajes se dejan oír a través de los modelos de cita conocidos como estilo directo, estilo indirecto y estilo indirecto libre.

ESTILO DIRECTO: Sirve para reproducir textualmente las palabras de un personaje (Juan pensó: “aquí no aguanto yo dos días”).
Se construye mediante la yuxtaposición de dos segmentos: el marco de la cita, que se vale de los verba dicendi( Juan pensó) y la cita propiamente dicha (“aquí no aguanto yo dos días”).
ESTILO INDIRECTO: En este caso se acomodan las palabras de alguien a una nueva situación comunicativa (Juan pensó que allí no aguantaba él dos días ).
La cita se introduce por una conjunción (“que”, “si”, “cuándo”…) y sufren cambios las formas pronominales, los deícticos de tiempo y espacio y el tiempo verbal.
ESTILO INDIRECTO LIBRE: El narrador en tercera persona, recoge las palabras o pensamientos de los personajes como si fuera en estilo directo; pero, en este caso, las palabras se insertan sin el verbum dicendi, sin los nexos y sin las marcas tipográficas (“La situación era caótica. Allí no aguantaba él dos días.”)
EL MONÓLOGO: Es una variante en la que un personaje habla consigo mismo. Esta forma deja entrever el interior del personaje, sus sentimientos, sus emociones… Aunque lo normal es el uso de la primera persona, también se utiliza la segunda cuando se desdobla y habla consigo misma.


EL TIEMPO

Cuando se analiza el tiempo de la narración conviene tener en cuenta esta distinción:

EL TIEMPO EXTERNO O HISTÓRICO: Es la época o momento en que se sitúa la narración. Puede ser explícito o deducirse del ambiente, personajes, costumbres, etc.
EL TIEMPO INTERNO: Es el tiempo que duran los acontecimientos narrados en la historia. Puede ser toda una vida o varios días. El autor selecciona los momentos que juzga interesantes y omite (elipsis =saltos temporales) aquellos que considera innecesarios.


EL ESPACIO

El espacio es el marco físico donde se ubican los personajes y los ambientes geográficos y sociales en los que se desarrollan las acciones.
Así habrá que distinguir entre espacios exteriores o abiertos e interiores o cerrados.
Con frecuencia, el espacio no es un simple decorado sino que llega a determinar el comportamiento de los personajes, a reflejar el estado anímico de éstos e incluso a constituirse en eje central del relato.


EL RECEPTOR

La consideración del receptor en el proceso comunicativo es importante, pues conviene distinguir dos tipos de receptores:

EL DESTINATARIO: El lector a quien el autor destina su obra. Se trata de un receptor externo al texto que determina el proceso de creación, pues el creador tiene presente al público al que se dirige.
EL NARRATARIO: Es un sujeto o colectividad concreta a quien el narrador cita explícitamente y le cuenta la historia. Es un receptor interno al relato, un artificio narrativocon el que se concreta y personaliza la historia.

miércoles, 17 de marzo de 2010

El ilustre amor - 1797

El ilustre amor - 1797
[Cuento. Texto completo]
Manuel Mujica Láinez
En el aire fino, mañanero, de abril, avanza oscilando por la Plaza Mayor la pompa fúnebre del quinto Virrey del Río de la Plata. Magdalena la espía hace rato por el entreabierto postigo, aferrándose a la reja de su ventana. Traen al muerto desde la que fue su residencia del Fuerte, para exponerle durante los oficios de la Catedral y del convento de las monjas capuchinas. Dicen que viene muy bien embalsamado, con el hábito de Santiago por mortaja, al cinto el espadín. También dicen que se le ha puesto la cara negra.
A Magdalena le late el corazón locamente. De vez en vez se lleva el pañuelo a los labios. Otras, no pudiendo dominarse, abandona su acecho y camina sin razón por el aposento enorme, oscuro. El vestido enlutado y la mantilla de duelo disimulan su figura otoñal de mujer que nunca ha sido hermosa. Pero pronto regresa a la ventana y empuja suavemente el tablero. Poco falta ya. Dentro de unos minutos el séquito pasará frente a su casa.
Magdalena se retuerce las manos. ¿Se animará, se animará a salir?
Ya se oyen los latines con claridad. Encabeza la marcha el deán, entre los curas catedralicios y los diáconos cuyo andar se acompasa con el lujo de las dalmáticas. Sigue el Cabildo eclesiástico, en alto las cruces y los pendones de las cofradías. Algunos esclavos se han puesto de hinojos junto a la ventana de Magdalena. Por encima de sus cráneos motudos, desfilan las mazas del Cabildo. Tendrá que ser ahora. Magdalena ahoga un grito, abre la puerta y sale.
Afuera, la Plaza inmensa, trémula bajo el tibio sol, está inundada de gente. Nadie quiso perder las ceremonias. El ataúd se balancea como una barca sobre el séquito despacioso. Pasan ahora los miembros del Consulado y los de la Real Audiencia, con el regente de golilla. Pasan el Marqués de Casa Hermosa y el secretario de Su Excelencia y el comandante de Forasteros. Los oficiales se turnan para tomar, como si fueran reliquias, las telas de bayeta que penden de la caja. Los soldados arrastran cuatro cañones viejos. El Virrey va hacia su morada última en la Iglesia de San Juan.
Magdalena se suma al cortejo llorando desesperadamente. El sobrino de Su Excelencia se hace a un lado, a pesar del rigor de la etiqueta, y le roza un hombro con la mano perdida entre encajes, para sosegar tanto dolor. Pero Magdalena no calla. Su llanto se mezcla a los latines litúrgicos, cuya música decora el nombre ilustre: "Excmo. Domino Pedro Melo de Portugal et Villena, militaris ordinis Sancti Jacobi..."
El Marqués de Casa Hermosa vuelve un poco la cabeza altiva en pos de quién gime así. Y el secretario virreinal también, sorprendido. Y los cónsules del Real Consulado. Quienes más se asombran son las cuatro hermanas de Magdalena, las cuatro hermanas jóvenes cuyos maridos desempeñan cargos en el gobierno de la ciudad.
-¿Qué tendrá Magdalena?
-¿Qué tendrá Magdalena?
-¿Cómo habrá venido aquí, ella que nunca deja la casa?
Las otras vecinas lo comentan con bisbiseos hipócritas, en el rumor de los largos rosarios.
-¿Por qué llorará así Magdalena?
A las cuatro hermanas ese llanto y ese duelo las perturban. ¿Qué puede importarle a la mayor, a la enclaustrada, la muerte de don Pedro? ¿Qué pudo acercarla a señorón tan distante, al señor cuyas órdenes recibían sus maridos temblando, como si emanaran del propio Rey? El Marqués de Casa Hermosa suspira y menea la cabeza. Se alisa la blanca peluca y tercia la capa porque la brisa se empieza a enfriar.
Ya suenan sus pasos en la Catedral, atisbados por los santos y las vírgenes. Disparan los cañones reumáticos, mientras depositan a don Pedro en el túmulo que diez soldados custodian entre hachones encendidos. Ocupa cada uno su lugar receloso de precedencias. En el altar frontero, levántase la gloria de los salmos. El deán comienza a rezar el oficio.
Magdalena se desliza quedamente entre los oidores y los cónsules. Se aproxima al asiento de dosel donde el decano de la Audiencia finge meditaciones profundas. Nadie se atreve a protestar por el atentado contra las jerarquías. ¡Es tan terrible el dolor de esta mujer!
El deán, al tornarse con los brazos abiertos como alas, para la primera bendición, la ve y alza una ceja. Tose el Marqués de Casa Hermosa, incómodo. Pero el sobrino del Virrey permanece al lado de la dama cuitada, palmeándola, calmándola.
Sólo unos metros escasos la separan del túmulo. Allá arriba, cruzadas las manos sobre el pecho, descansa don Pedro, con sus trofeos, con sus insignias.
-¿Qué le acontece a Magdalena?
Las cuatro hermanas arden como cuatro hachones.
Chisporrotean, celosas.
-¿Qué diantre le pasa? ¿Ha extraviado el juicio? ¿O habrá habido algo, algo muy íntimo, entre ella y el Virrey? Pero no, no, es imposible... ¿cuándo?
Don Pedro Melo de Portugal y Villena, de la casa de los duques de Braganza, caballero de la Orden de Santiago, gentilhombre de cámara en ejercicio, primer caballerizo de la Reina, virrey, gobernador y capitán general de las Provincias del Río de la Plata, presidente de la Real Audiencia Pretorial de Buenos Aires, duerme su sueño infinito, bajo el escudo que cubre el manto ducal, el blasón con las torres y las quinas de la familia real portuguesa. Indiferente, su negra cara brilla como el ébano, en el oscilar de las antorchas.
Magdalena, de rodillas, convulsa, responde a los Dominus vobis cum.
Las vecinas se codean:
¡Qué escándalo! Ya ni pudor queda en esta tierra... ¡Y qué calladito lo tuvo!
Pero, simultáneamente, infíltrase en el ánimo de todos esos hombres y de todas esas mujeres, como algo más recio, más sutil que su irritado desdén, un indefinible respeto hacia quien tan cerca estuvo del amo.
La procesión ondula hacia el convento de las capuchinas de Santa Clara, del cual fue protector Su Excelencia. Magdalena no logra casi tenerse en pie. La sostiene el sobrino de don Pedro, y el Marqués de Casa Hermosa, malhumorado, le murmura desflecadas frases de consuelo. Las cuatro hermanas jóvenes no osan mirarse.
¡Mosca muerta! ¡Mosca muerta! ¡Cómo se habrá reído de ellas, para sus adentros, cuando le hicieron sentir, con mil alusiones agrias, su superioridad de mujeres casadas, fecundas, ante la hembra seca, reseca, vieja a los cuarenta años, sin vida, sin nada, que jamás salía del caserón paterno de la Plaza Mayor! ¿Iría el Virrey allí? ¿Iría ella al Fuerte?
¿Dónde se encontrarían?
-¿Qué hacemos? -susurra la segunda.
Han descendido el cadáver a su sepulcro, abierto junto a la reja del coro de las monjas. Se fue don Pedro, como un muñeco suntuoso. Era demasiado soberbio para escuchar el zumbido de avispas que revolotea en torno de su magnificencia displicente.
Despídese el concurso. El regente de la Audiencia, al pasar ante Magdalena, a quien no conoce, le hace una reverencia grave, sin saber por qué. Las cuatro hermanas la rodean, sofocadas, quebrado el orgullo. También los maridos, que se doblan en la rigidez de las casacas y ojean furtivamente alrededor.
Regresan a la gran casa vacía. Nadie dice palabra. Entre la belleza insulsa de las otras, destácase la madurez de Magdalena con quemante fulgor. Les parece que no la han observado bien hasta hoy, que sólo hoy la conocen. Y en el fondo, en el secretísimo fondo de su alma, hermanas y cuñados la temen y la admiran. Es como si un pincel de artista hubiera barnizado esa tela deslucida, agrietada, remozándola para siempre.
Claro que de estas cosas no se hablará. No hay que hablar de estas cosas. Magdalena atraviesa el zaguán de su casa, erguida, triunfante. Ya no la dejará. Hasta el fin de sus días vivirá encerrada, como un ídolo fascinador, como un objeto raro, precioso, casi legendario, en las salas sombrías, esas salas que abandonó por última vez para seguir el cortejo mortuorio de un Virrey a quien no había visto nunca.
FIN

2010

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