domingo, 30 de agosto de 2009

Cohesión Léxica




Cohesión léxica


23/08/2009 12:27
Cohesión Léxica

La escritura es trabajo y experiencia con el lenguaje. Ser competente y obtener buenos resultados es un proceso que se construye. Y para esto es necesario conocer las “ reglas de juego” . Porque cuanto más experimentamos, más aumentan nuestras posibilidades de que la escritura sea un camino conocido y también creativo.

¡A corregir ¡
A. Los siguientes fragmentos , trabajos realizados por adolescentes en el secundario, poseen el mismo error porque en todos se cometen repeticiones inadecuadas. Ustedes tienen que detectarlas y corregirlas. Reescriban cada uno de ellos.
1- Al llegar a la cueva le pareció más grande de lo que la recordaba. Entró a la cueva con cautela.
2- Se buscaba al jefe de una secta y al investigar se llegó a la conclusión de que el jefe no se encontraba y de que el jefe había abordado un avión con destino a Estocolmo .
3- Un policía había dado con Lew Stalh vía Tom. En el techo Lew luchó con el policía y lo tiró al vacío. Antes de huir pasó por su casa y le disparó a Tom con la pistola del policía. Ya en la calle robo un taxi y fue a a un bar donde robó y le disparó al camarero.
4- El edificio se había derrumbado. Una inmensa montaña de escombros. Todavía se escuchaba el retumbar del estallido que se mezclaba con los gritos y llantos de la gente. Se divisaban , de vez en cuando, según la luz, charcos de sangre, brazos que salían de las piedras, pero lo que más resaltaba era la cabeza del intendente separada a tres metros de su cuerpo.
Cuando llegaron la policía y los bomberos él todavía estaba ahí, en su limusina negra. Él, Gollo Mariscal, había hecho su fortuna en la mafia. Él era intocable, siempre estaba fuera de la ley, y él que a el no le gustaba tenía dos opciones : o cambiaba a su placer o se moría , como el intendente.
Cuando él estuvo satisfecho con el trabajo que había hecho realizar , se fue para su casa ( nada modesta por cierto) que quedaba a 10 km de la ciudad, para encontrarse con su hermana, que era lo que él más adoraba.
Cuando, en un momento, él pasó una loma que estaba cerca de su casa divisó una humareda que venía de la dirección de su casa. Le dijo al chofer que se apresurara. Se fueron acercando. Su casa en ruinas. Llegan. Revisan. Su hermana muerta. Dolor, Bronca. Tristeza.

B. Ahora miren bien estos nuevos casos. Además de repeticiones inadecuadas pueden aparecer palabras que se ubicaron mal dentro del texto. A veces porque el nivel de lengua no es el adecuado, otras porque se quiso decir ( o escribir) una palabra y apareció otra en su lugar que no hace sentido.
Nuevamente hay que detectar los errores y corregirlos.

1- Érase una vez en Vietnam un grupo de soldados que fue atrapado por un ejército vietnamita. En EE.UU. se enteraron luego de un mes ; al enterarse Rambo partió directamente a Vietnam para rescatar a sus patriotas.
Luego de un año de busca por los pantanos y selvas de Vietnam logró localizarlos.

2- La casa estaba pintada de un color extraño. El muchacho se quedó estratificado cuando abrió la puerta. Lo extraño no era sólo el color de las paredes. También sus habitantes que parecían sacados de un laberinto del horror.

3- El informe de Defensa Civil aportó los datos sobre las zonas afectadas por la inundación. Los muchachos del organismo charlaron con los vecinos y les ofrecieron alternativas para afrontar el lío.

Cuando escribimos aparecen con frecuencia estas dificultades. No es fácil resolver los problemas de vocabulario y ni qué hablar de la necesidad de repetir o reiterar sin el que el texto resulte redundante o suene espantoso.
Por lo tanto tenemos dos problemas que se relacionan y que vamos a trabajar: el Léxico y la reiteración.
C. Trabajemos la palabra adecuada al contexto
1- En este cuento de Mario Benedetti hay que reemplazar el vocabulario destacado por sinónimos o expresiones que respeten el sentido original.
Manualidades
En las puertas de hoy ya no se usan, pero en las viejas puertas había siempre alguna mano ( de hierro, de bronce ) que era antes que nada un llamador. A Inés le habían atraído esas manos desde que era niña. Y a partir de los quince comenzó a coleccionarlas. En ocho años había conseguido nada menos que veinte. Por lo menos la mitad procedían de las ferias de Tristán Narvaja y de San Telmo, pero en la familia siempre había algún viajero que se acordaba de conseguirle alguna otra en El Rastro o en el Marché aux Puces o en Plainspalais o en Portobello. Seis eran manos derecha ( casi siempre de hierro) más escasas y en consecuencia más valiosas ; las catorce restantes eran manos izquierdas ( normalmente , de bronce ). No todas eran originales; algunas eran copias, fácilmente reconocibles porque en ellas la palma estaba hueca. Las manos originales tenían palmas carnosas, aunque esa carne fuera solo de hierro.
Inés las cuidaba, las lustraba, las interrogaba. Era también una forma de interrogarse. ¿ Qué autoridad habría llamado , por ejemplo, con esta mano férrea, seguramente , seguramente de un golpear sonoro, audible en toda la casa grande? ¿ O con esta otra, de dedos crispados, apropiada para el aldabonazo represivo o para la leva siempre inquerida ¿ ¿ Quién habría usado la más exigua, con su puñado de forjado encaje, digna de ser pulsada por un amador necesariamente discreto, que sólo pretendiera hacerse oír por su amada a la espera ¿ Inés empuñaba una u otra de aquellas manos con historias y enigmas y les inventaba gestos, consecuencias, desenlaces. De noche las miraba antes de dormirse y volvía a mirarlas al amanecer, como consultándolas.
Una noche se durmió y las veinte manos entraron en su sueño. Cada una estaba en una puerta. Inés las fue reconociendo, acariciando y finalmente empuñando para efectuar sus convocatorias, sus llamadas pusilánimes o intrépidas, que repercutían largamente en corredores esotéricos, ocultos , provocando a veces ecos estremecedores. Inés llamaba y llamaba y cada uno le trasmitía fuerza y osadía, aunque ella no estuviera muy segura de a quién o a qué llamaba. Sólo sabía que quería tocar aquellas manos ajenas con sus propias manos, y si las usaba para llamar tenía conciencia que se trataba de un uso solidario; llamaba porque ésa era la función de aquellas manos, llamaba porque así les brindaba , y además aseguraba , su razón de ser.
Despertó sudorosa y balbuciente y el primer momento no advirtió nada raro, pero cuando, en un gesto ritual, quiso tocarse la frente con su mano derecha, comprobó que con esa mano suya venia otra, este fuerte, veterana y de hierro. Y no era su propia mano la que empuñaba a la otra, sino que era la de hierro la que estrechaba la suya. Y así supo que aquello también era un acto solidario. No tuvo dudas de que aquella mano oscura, fiable, robusta, era la portavoz de las veinte manos ( de hierro o de bronce, diestras o siniestras ) que así le agradecían la dura faena del reciente sueño. Y era también una forma de decirle que no se preocupara porque nadie hubiera respondido. Lo esencial era llamar. Y ellas ( las manos e Inés ) habían llamado.
Benedetti, Mario
En Despistes y Franquezas .
Montevideo, Arca/ Nueva Imagen. 1990

2- Tutti- frutti de sinónimos.
Para jugar a este juego formen grupos de cuatro. Recorten las tarjetas y formen un mazo de cartas que colocarán en el centro de la mesa. Cada jugador toma una del pozo y la deja boca abajo. Luego, todos a la vez, dan vuelta la tarjeta y la completan con un sinónimo de cada palabra dada. El que termina primero grita “ Basta” y todos dejan las lapiceras. Se leen las respuestas. Si todas son correctas , gana cinco puntos por sinónimo y diez por terminar primero. Si hay algún error, pierde los puntos y los demás jugadores ganan cinco por cada sinónimo correcto que hayan logrado completar. El juego termina cuando se acaba el mazo.

Ofuscado
Malgastar
Lustre
Sebo
Oír
Luego

Madriguera
Lúgubre
Hierba
Paladear
Breve
Salutación

Oftalmólogo
Malévolo
Desdichado
Tedio
Sanar
Lucero

Lumbre
Machacar
Hecho
Hampón
Particularmente
Saludable

Lujo
Macabro
Panorama
Conversar
Pánico
Papanatas

Ornamento
Lúcido
Pantufla
Pardo
Indicar
Sutil

Lucha
Harto
Panza
Advertir
Pasable
Sancionar


Orilla
Loco
Pavimento
Petulante
Sepultar
Finalidad




Lesionarse
Pausa
Agotamiento
Propicio
Amable
Cándidamente

Lenguaje
Súplica
Rígido
Agitarse
Instantáneo
Calamidad

Andrajoso
Pavada
Inconveniente
Aflorar
Calma
Hábil

Catarata
Tapia
Alienado
Fango
Agobiar
Cartel

Terminado
Aldea
Adversidad
Bastante
Caduca
Templar





Paño
Terriblemente
Barrilete
Belicoso
Capturar
Insolente

Lid
Sujetar
Tedioso
Alhaja
Copioso
Demora

Letal
Temblar
Tosco
Alcoba
Indómito
Captar

3- Tutti Frutti de antónimos
Se juega igual que el anterior, pero completando las tarjetas con los antónimos de las palabras que aparezcan en ellas. ( OJO: respeten las clases de palabras dadas al buscar el antónimo que corresponda )
Oscuridad
Largo
Alabar
Analfabeto
Mansión
Hediondo

Débil
Llorar
Belicoso
Integrarse
Calma
Finito


Alto
Laborioso
Júbilo
Pedante
Dañino
Plural

Jamás
Limpiar
Ofuscado
Audaz
Holgazán
Felicidad

Joven
Ileso
Presuroso
Duradero
Permitir
Objetividad

Prudente
Juntar
Virtud
Simple
Tímido
Esterilidad

Justo
Quieto
Encogido
Dócil
Impulsivo
Error




Legal
Más
Recordar
Tradicional
Abundancia
Similar

Legítimo
Máximo
Tensión
Sedentario
Vigor
Rugoso

Lentitud
Mayoría
Sintético
Tersura
Olvidadizo
Permiso

Libre
Mentiroso
Soberbia
Tirante
Variado
Cóncavo

Lejos
Masculino
Rígido
Superficial
Victorioso
Soso

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